La confesión de este hombre se la hizo al médico que, tras ser rescatado, lo atendió. Tras confesar el crimen de su madre quedó detenido. Lo dicho por el propio asesino fue que mató a la mujer a golpes y puñaladas, y el hecho ocurrió en la vivienda que compartían en Merlo, provincia de Buenos Aires.
Cabe resaltar que previamente a ser encontrado por la Policía, y tras haber cometido el crimen, este joven había escapado con rumbo al puente que cruza las vías del ferrocarril Sarmiento, en el cruce de Rivadavia y Casacuberta, en Castelar.
“Cuando los efectivos le fueron a dar ayuda salió corriendo y fue atropellado por un auto sobre Rivadavia. En eso un móvil del Comando de Patrullas de Morón que realizaba recorridas por la zona se encontró con la escena, convocó a una ambulancia del SAME y fue trasladado con custodia hasta el hospital Posadas para atención médica”, fue la información suministrada a la prensa por fuentes de la investigación, citadas por el medio Primer Plano.
La confesión del crimen del joven que intentó matarse
Durante su atención médica, el joven le contó a uno de ellos que había matado a su madre y por ese motivo había querido suicidarse, optando por arrojarse al vacío desde un puente. Además, le comentó a este profesional médico que su vida «ya no tenía sentido».
Tras la confesión, este médico notificó a los oficiales lo ocurrido, que dio inicio a una investigación del fiscal Claudio Oviedo. El primer paso fue revisar la vivienda de este joven, ubicada en la calle Bernasconi al 800, en la localidad Libertad.
Allí descubrieron el cuerpo de la mujer y gran cantidad de sangre. El nombre de la víctima era Sara Zabala. Además, determinaron que su cuerpo «presentaba heridas de arma blanca».
El asesino fue trasladado al Hospital Paroissien, de Isidro Casanova, donde se le practicó una evaluación psiquiátrica, la cual señaló que este hombre tenía “plena consciencia de sus actos”.
Los antecedentes penales complican aún más la situación judicial de él: tenía una causa por amenazas agravadas con armas contra su madre. Esta denuncia había acabado en una condena de seis meses de prisión en suspenso.
También su expareja y madre de sus hijos lo había denunciado por violencia de género, por lo que pesa sobre él una restricción perimetral.
