El incidente se desencadenó cuando la corriente sorprendió a la mujer y dos hombres ingresaron al agua para ayudarla, pero también quedaron atrapados. Otra persona intentó intervenir, pero sufrió el mismo destino.
La Prefectura de Punta del Este recibió el aviso de emergencia a las 7:15 y desplegó un operativo con un bote semirrígido y unidades terrestres. Los efectivos lograron rescatar a la mujer y a uno de los hombres, mientras que el tercer involucrado logró salir por sus propios medios. Sin embargo, Franco Toro no pudo ser localizado hasta este domingo.
El guardavidas Diego González fue quien encontró el cuerpo esta mañana. «Pensé que era un lobo, porque tenía la piel lastimada, pero cuando me acerqué vi que era una persona, que era Franco», contó emocionado por el hallazgo.
«Ayer hablé con la madre, le prometí que lo iba a sacar. Tenía un palpito, intuía que lo iba a encontrar. No me preguntes por qué», agregó.
Toro, quien trabajaba en un comercio gastronómico local durante la temporada de verano, fue intensamente buscado durante cinco días en una operación que abarcó tierra y mar, con equipos especializados y la colaboración de autoridades locales.
Los otros rescatados fueron trasladados al Hospital de Maldonado, donde permanecieron bajo observación y se encuentran en buen estado de salud.
Toro tenía el objetivo de juntar dinero para viajar junto a su novia a Europa. Por ese motivo viajó durante la temporada alta a Punta del Este, para trabajar junto a unos amigos y a su pareja en el área de gastronomía.
Siendo tatuador, una de las opciones que Toro evaluó al momento de viajar a Uruguay fue conseguir un espacio dentro de ese rubro. En su perfil de Facebook, publicó un mensaje el 19 de noviembre: “Me empiezo a despedir y, de paso, si conocen artistas, tatuadores e ilustradores por Uruguay y quieren ayudarme a conectar, ¡me viene joya!”.
Incluso, unos días antes de ir a Punta del Este, estrenó una máquina para tatuar que se había comprado hace poco, según explicó Facundo Sánchez Sosa, amigo de Toro.
Sánchez Sosa fue quien compartió el motivo por el que Toro se trasladó a Uruguay: “Viajó con su novia, Georgina, a principios de diciembre, para hacer plata porque tenían el objetivo de sacar pasajes e irse a Europa. Estaban los dos con esa idea”.
Unos días antes de la desaparición de Toro, él y su amigo había hablado. Al recordar ese diálogo, Sánchez Sosa dijo: “Estaba contento. Los dos estaban trabajando como camareros, porque les costó hacerse un espacio como tatuadores. Pensaron que podía resultarles más sencillo, pero hasta ahora no habían conseguido nada”.
“Me gusta hacer un poco de todo”, rezaba la descripción del hombre, de 29 años, en su cuenta de Instagram.
