La mamá de la beba picada por un alacrán denunció negligencia médica: “No salvan vidas, juegan con la gente”
Analía Medina reveló que los profesionales que la atendieron después en el Hospital de la Madre y el Niño le aseguraron que su pequeña hija no murió por el ataque del arácnido. Radicó una denuncia contra los funcionarios de Salud
En un trágico suceso ocurrido el viernes pasado en el interior de la provincia, Analía Andrea Medina compartió la desgarradora historia de la muerte de su hija de un año y nueve meses tras ser picada por un alacrán en su casa en la localidad de Laguna Naineck. Denuncia negligencia del médico y de los enfermeros que la atendieron tanto en Naineck como en Laguna Blanca.
En la madrugada del viernes 18, Analía llevó a su bebé de un año y nuevemeses al hospital de Laguna Naineck por la picadura de un alacrán. Desde allí la derivan al Hospital de Laguna Blanca y al complicarse el estado de salud de la pequeña la trasladan hacia el Hospital de la Madre y el Niño de esta ciudad capital, falleciendo en el camino.
La mujer narró los difíciles momentos que atravesó esa madrugada y mañana del viernes. “Es muy difícil esto que nos sucedió, mi bebé era todo, para mí era mi día a día, yo la amamantaba todavía, y ahora ya no está. Es muy doloroso, es difícil”, señaló.
Acerca de las razones que la llevaron a contar su versión, dijo: “esto lo cuento más que nada porque salieron tantas versiones, tantas cosas que no eran verdad, que a mí me lastimaron como mamá, porque yo quedo como que no hice nada, que mi bebé murió sin que yo haya hecho nada, y no fue así, porque desde el minuto uno que nosotros nos dimos cuenta de lo que pasó salimos a buscar ayuda en cada sala, en cada hospital y no la encontramos. Confiamos en los que nos atendieron, pensamos que nos ayudarían y no fue así”, lamentó.
Analía relató que en el momento en que su bebé recibe la picadura del alacrán “con mi marido, estábamos acostados y ella comienza a llorar desconsoladamente y yo primero pensé que se lastimó en su cunita. Ella ya se atajaba el pie. Buscábamos en su pie que le pasó y no nos dejaba que le toquemos”.
“Después, en un momento siento que algo me camina encima del brazo y veo que era un alacrán, ahí me desesperé, alcé a mi bebé, le dije a mi marido que lo mate y que llame a mi papá para llevarla al hospital porque seguía llorando”, añadió.
Contó que en su lugar de residencia, Laguna Naineck, hay un hospital “pero no está capacitado para estos casos. Fuimos ahí y nos atendió una enfermera, porque el médico de guardia no estaba en su puesto, no se encontraba. Eran las doce de la noche, y con mi papá llevamos a mi beba en su auto. Estaba lloviendo mucho, llegamos a las 12.10 hs al Hospital de Naineck. Ahí la atendió la enfermera, porque no había un doctor de guardia presente”.
Recordó que le contó a la enfermera lo que pasó, que su hija había sido picada por un alacrán en su cuna, y comentó que incluso le mostró el “bichito” porque lo había agarrado y llevado con ella. “Ella me dijo que no era venenoso y que no me preocupara, que le hubiese puesto hielo en la picadura”, agregó.
Dijo que la enfermera llamó al doctor y le dijo que el alacrán no era venenoso, según ella, y le preguntó qué le podía aplicar a la beba. “El doctor le dijo que le aplicara una dosis de dexa (la dexametasona es un medicamento que se usa para reducir la inflamación y la respuesta inmunitaria del cuerpo). Entonces –prosiguió Analía-, la enfermera le aplica a mi bebé la dexa intramuscular. Ni siquiera pasó un segundo desde que le aplicó y mi bebé empieza a vomitar, vomitaba y vomitaba”.
Indicó que su bebé “llegó hablando y quejándose del dolor y en ese instante de la inyección se debilitó. No tenía fuerzas y vomitaba y vomitaba y en ese ínterin comencé a desesperarme y le pregunté a la enfermera que podía hacer”.
Reveló que la enfermera le dijo que vuelva a su casa y cuando le pidió que la derivaran al centro de alta complejidad de Laguna Blanca “ella me dijo que podía llevarla pero por mis propios medios”.
Contó que ante esta situación, con su beba vomitando y debilitándose le pidió a su papá que las lleve hasta el hospital de Laguna Blanca, no sin antes pedirle a la enfermera que le anote en un papel el medicamento que le había suministrado y la cantidad de dosis.
“Me dijo que me vaya así nomás, no me quiso dar ningún papel, y yo con el apuro y la preocupación que tenía le dije a mi papá para subir al auto y trasladarnos inmediatamente a Laguna Blanca. Fuimos en el auto de mi papá porque ellos no nos ofrecieron la ambulancia, pese a que en el hospital estaban los ambulancieros, todos ahí mirándonos pero en ningún momento me ofrecieron una ambulancia”, lamentó.
Analía Medina señaló que en el camino a Laguna Blanca en el auto le hablaba a su bebé, que se dormía, “se me debilitó totalmente, no sé si fue una reacción alérgica (a la dexa), ellos me preguntaron si yo alguna vez la inyecté y les dije que no. Ella tomaba jarabes, gotas, pero nunca un inyectable les dije, y que yo no sabía si era alérgica, pero ellos igual decidieron inyectarla”, aseguró.
Dijo que sobre esa aplicación a la bebé “no quisieron darme nada por escrito, y en medio de la angustia nos fuimos igual a Laguna Blanca, suponiendo que allá iba a encontrar mejores profesionales, que me iban a ayudar más que una enfermera”.
En Laguna Blanca
Contó que una vez llegados al Hospital de Laguna Blanca “nos atendió el doctor de guardia a quien le conté la situación y le mostré el alacrán. Él me dijo que no es venenoso, lo mismo que me dijo la otra enfermera, porque en esta zona no hay alacranes venenosos. Eso me dijo. Le conté que en Naineck le habían aplicado una dexa intramuscular y me preguntó la dosis. Le dije que no sabía, porque no me quisieron dar esa información”.
“El doctor me preguntó el peso de la bebé, si era alérgica y le dije que no sabía porque ella nunca se inyectó. Le repetí lo mismo que le dije a la enfermera y él decidió ponerle un suerito y adentro del suerito una dexa de vuelta, una dosis de dexa. En ese ínterin mi bebé apenas abría los ojos y estaba muy débil. Le dije que estaba muy débil, le pusieron el saturómetro y tenía taquicardia. La enfermera le dijo al doctor y él dijo que eso es normal. Le dije que vomitaba mucho y me seguía diciendo que es normal, para ellos todo era normal”, lamentó.
“Inclusive hicieron un chiste diciendo que si este alacrán era venenoso, ‘entonces vos viniste de Brasil’ y se reían. Yo estaba muy asustada, no era un momento de bromas, mi bebé ya ni siquiera el bracito podía levantar. Estaba totalmente débil y yo así no la había llevado al hospital. Mi bebé se movía bien y se quejaba, hablaba, ahí dejó de hablar y me miraba y parecía que quería decir algo, pero no podía”.
“Después de eso me dijo que no me preocupe, ‘mamita no te preocupes, dentro de unas horas vos le vas a llevar a tu bebé a tu casa’”, recordó.
Luego la dejan en observación en una habitación “donde no había ningún enfermero, no había doctor, nada. Después avisé que seguía vomitando y que se me dormía, pero se despertaba y vomitaba hasta que llegó en un momento que ella no tenía nada que vomitar y ya vomitaba espuma”.
“Cuando me doy cuenta que estaba muy pálida y sus labios ya estaban moraditos me desesperé mucho y mandé a buscar al enfermero, quien apenas la miró se fue rápido y trajeron un respirador nasal. Le pusieron un respirador y ahí ya el doctor vino, la miró, le hicieron una placa, que no me quisieron mostrar, porque ellos vieron algo, porque de no haber un solo enfermero ahí, aparecieron como cinco recorriendo de aquí para allá con el doctor. Estaban muy desesperados, entraban y salían, y yo les preguntaba, ¿qué pasó?”, narró.
“Enseguida me dijeron que me iban a mandar al Hospital de la Madre y el Niño, en la capital. Cuando me dijeron eso no pasó ni un segundo, ya la camilla estaba ahí y antes de subirle le aplicaron una dosis de un medicamento que ni me dijeron lo que era, pero yo pregunté. Me dijeron el nombre que ahora no me acuerdo, porque en ese momento estaba tan desesperada”.
“Subimos a la ambulancia y nos fuimos y la enfermera que me acompañó estaba tan asustada.No fue un doctor, solamente el que maneja la ambulancia, una enfermera, y un tubo de oxígeno con una mascarilla, con mi bebé y eso era todo”, continuó.
Comentó que “la enfermera estaba tan angustiada y no sé si enojada también porque la mandaron sola. Ella me preguntaba si me habían contado como estaba la bebé. Yo le dije que no me dijeron nada, solo me subieron, y entonces le pregunté qué estaba pasando. Me dijo: tu bebé está mal, está muy mal. Tu bebé tenía que venir entubada y ellos no la entubaron. El enfermero le dijo muchas veces que la entube, y el doctor se negó hasta lo último, y no quiso, me dijo”.
Analía dijo que traía a su beba en brazos y sentí que respiraba con mucha dificultad. Llegó un momento en que llegamos a la entrada de la ciudad, cerca de un hípico, cuando el tanque de oxígeno se quedó sin oxígeno. Ellos no tenían preparado el otro tanque de oxígeno, no tenían preparado otra mascarilla y yo quería saber por qué. Yo les dije por qué no tenían preparado ya eso. La enfermera trató tanto de abrir ese oxígeno que no pudo, hasta el chofer se tuvo que bajar en el medio de la ruta para tratar de abrir con una llave. Imagínense mi desesperación, que mi bebé estaba sin oxígeno en mis brazos. Mi bebecita se desesperaba para respirar y pasó como cinco minutos así y empezaba a patalear. Después mi bebé se estiró y dio vuelta sus ojitos y dejó de moverse”.
“Eso fue a la entrada a Formosa y ahí ya dejaron de intentar de abrir el tanque y agarraron un respirador manual y le hacían un masaje en el pecho, así nada más. Quise escuchar su corazón y no escuchaba nada. Y cuando llegamos a la Madre y el Niño le pusieron el saturómetro y no mostraba nada, la pantalla ya no mostraba nada. En ese momento la doctora me dice: mamita, nosotros no podemos hacer nada, tu bebé ya falleció”.
“Me dijeron que mi bebé no murió por la picadura”
Analía Medina reveló, además, que estando ya en la Madre y el Niño “mi reacción fue mostrarle a la doctora el alacrán, para saber si mi bebé murió por la picadura, porque yo quería saber qué pasó. Me preguntó dónde la picó y le mostré el pie derecho de mi bebé.Ahí la doctora me dijo: no, tu bebé no murió por esto, porque si era por esto ya hubiese tenido una reacción, un moretón, un brote. Me mostraba las piernas, los brazos, y no, no tiene nada, me dijo”, manifestó.
Relató que cuando volvieron a Laguna Blanca con su bebé ya fallecida “la enfermera me dice: tu bebé ya vino broncoaspirada acá. Ellos te mandaron broncoaspirada a tu bebé, me dijo. Tres horas estuvimos ahí en observación y no hicieron nada. Si hubiesen hecho aunque sea una prueba a ver si era alérgica o si le pasaba algo, porque yo creo que ellos están para eso y tienen los medios ahí para poder hacer algo. ¿Por qué no lo hicieron?”, se preguntó.
Asimismo, indicó que su papá quedó en la morgue con el cuerpo de su beba y allí un pediatra la revisó y le preguntó dónde le picó el bicho. Le mostraron el bicho y donde le picó. El pediatra la revisó todo, bajo su ropa, en su brazo, y le dijo a mi papá que no puede ser que le haya picado ahí, no había nada. Dice que cuando ellos vieron ya no había ninguna marquita en su pie, nada.El médico le dijo que en su piecito “no hay nada, ella no pudo haber fallecido por eso”, no hay ninguna marca, por lo menos el veneno se hubiese notado en sus venas y no hay nada”.
Contó que radicó una denuncia en el mismo hospital y luego se trasladó hasta la morgue de Clorinda, adonde habían llevado el cuerpo de la niña. “Se presentó la jueza de Clorinda, que habló conmigo”, dijo, y comentó que no tuvo ninguna contención por parte de las autoridades. “Mi contención fueron mis familiares. Nadie se acercó a decirme acá estamos, te vamos a ayudar, nada de eso tuvimos”, detalló.
“La jueza me dijo que no me preocupe, que esto se va a esclarecer. porque yo en un momento dije que tenía miedo de denunciar por el tema de que a mi bebé la van a abrir. ¿Y de qué me sirve si yo no voy a hacer justicia?Si acá la política es tan grande y tapan todo, ponen todo bajo la mesa. ¿De qué me sirve?”, preguntó.
Dijo que la denuncia que presentó es “contra todos, por todo lo que pasó. Yo denuncié al doctor, a la enfermera, a todos. A todos los que procedieron mal, a mi parecer. De ahí cuando salga el resultado, vamos a ver bien, pero yo lo que vi, lo que me decían, mi bebé no falleció por la picadura de un alacrán”, aseguró.
“Estamos en una zona rural, donde hay serpientes, hay arañas, hay de todo, y se supone que ellos tenían que tener un antídoto, ¿no? Y lo primero que ellos te tienen que ofrecer es un antídoto, no una dexa”, sentenció.
Finalmente, lamentó haber confiado en esos profesionales, “que pudieron haber hecho algo, tenían todo en sus manos para hacer algo, pero no hicieron nada. Me dejaron ahí viendo cómo mi bebé se iba. Ellos no salvan vidas, juegan con la gente. Pudieron haberme dicho a tiempo que la lleve a Formosa para que lo atiendan, pero como dice el dicho: la confianza mató al gato, y a mí me mató a mi bebé”.