Inseguridad: hay 70 robos por día en casas de jubilados en la zona del AMBA
La cifra surge de causas iniciadas en fiscalías de instrucción de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano. Cómo fue uno de los últimos robos a jubilados en su casa.
Fuente: https://www.diariopopular.com.ar/
La secuencia en video es espeluznante, con dos sujetos que ingresan de golpe en el comedor de una vivienda en Berazategui donde una pareja de ancianos merendaba junto a sus perros. Los delincuentes actuaron con extrema violencia y se llevaron absolutamente todo. Si bien fueron detenidos en las últimas horas, lo cierto es que el caso no es aislado, ya que cada día se registran unos 70 hechos de robos en casas de jubilados en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
La cifra es un promedio de los hechos registrados en 2024 y surge del análisis de causas iniciadas en las fiscalías de instrucción por robos sufridos en viviendas durante este año en la zona del AMBA por personas mayores de 65 años. «Se trata de episodios con ingreso de personas en viviendas, cometidos dentro de los hogares de las víctimas», señaló una fuente judicial a Diario Popular.
Acerca del caso descripto, efectivos del Departamento de Casos Especiales de la Policía Bonaerense detuvieron en las últimas horas a tres hombres de entre 35 y 20 años, en el marco de una investigación por una serie de asaltos en Berazategui. Los sospechosos están acusados de participar en al menos ocho robos bajo la modalidad conocida como «entradera».
El expediente que derivó en las capturas se inició a partir de dos episodios de inseguridad. En uno de ellos, cometido en la tarde del 20 de octubre pasado, un grupo de hombres armados asaltó la vivienda de un matrimonio de jubilados y se llevó 500.000 pesos, según detallaron fuentes
Una cámara de seguridad filmó el momento en el que dos asaltantes ingresaron y sorprendieron a las víctimas, que se encontraban en plena merienda. En las imágenes, se observa que uno de los delincuentes cubría su rostro con usando barbijo y gorra, mientras que su cómplice tenía puesta la capucha del buzo y su boca cubierta, al parecer, con una bufanda.
De inmediato, los ladrones cerraron las cortinas y, tras advertir que había una cámara detrás de la mesa principal, la desactivaron. Luego, comenzaron a recorrer la propiedad, mientras los dueños les pedían que se mantuvieran calmos: «Tranquilo, pibe», le decía el hombre. «Hagan lo que tengan que hacer, yo me quedo acá, no me voy a mover», trataba de serenarlos la mujer.