Alerta huracanes: EEUU y Canadá podrían sufrir la peor temporada de su historia
El pronóstico, que cada mes de mayo hace esta agencia gubernamental, refleja que este año se podrán formar un total de entre 17 y 25 tormentas, es decir con vientos sostenidos por encima de los 62 kilómetros por hora.
El Atlántico tendrá en este 2024 una temporada de huracanes por encima del promedio, con la posibilidad de hasta 13 huracanes. De esa cifra, siete pueden ser mayores según informó este miércoles la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) de Estados Unidos.
Proyecciones alarmantes
El organismo estima que la alta actividad de este año en la cuenca atlántica se debe a «una confluencia de factores» que suelen favorecer la formación de tormentas, principalmente a las «temperaturas oceánicas cálidas casi récord en el Océano Atlántico y al desarrollo de condiciones de La Niña en el Pacífico.
De igual modo, la reducción de los vientos alisios del Atlántico y una menor cizalladura del viento colaborarán a producir una temporada con un número de ciclones arriba de las 14 tormentas con nombre que tiene una temporada promedio.
Los meteorólogos han establecido que una temporada media, que en el Atlántico se extiende de forma oficial desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, cuenta con siete huracanes y tres huracanes mayores, estos últimos con vientos máximos sostenidos de 178 km/h o más.
«Ya estamos viendo tormentas moverse por todo el país que pueden traer peligros adicionales como tornados, inundaciones y granizo», señaló el administrador adjunto de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), Erik Hooks, quien pidió a la población ser proactiva ante un «panorama climático cada vez más desafiante».
La NOAA destaca que conforme llega a su fin «uno de los fenómenos de El Niño más fuertes jamás observados» se producirá una rápida transición a La Niña, que tiende a disminuir la cizalladura del viento en los trópicos, lo que se suma a las altas temperaturas en el Océano Atlántico tropical y el Mar Caribe para fomentar el desarrollo de tormentas.