Cada día se compran más de 11.000 celulares robados en el país

Cada día se compran más de 11.000 celulares robados en el país

El mercado negro se alimenta de gente honesta que, cuando necesita un teléfono, lo compra sabiendo que tiene origen dudoso. Los lugares con mayores robos de celulares.

Los equipos robados que se compran en el mercado negro tienen un origen en hechos de extrema violencia a las víctimas.

Fuente: https://www.diariopopular.com.ar/

Los robos de celulares, un delito que se ejecuta principalmente porque los equipos son arrebatados con violencia a sus dueños en la vía pública, resultan un fenómeno al parecer imparable. Más allá del negocio millonario para las bandas criminales, lo cierto es que el mercado negro se alimenta de gente común y honesta, de trabajo, que cuando necesita un teléfono lo compra muchas veces sabiendo que tiene un origen dudoso. Así, cada día se compran más de 11.000 teléfonos celulares robados.

El dato fue proporcionado a Diario Popular por la organización Defendamos Buenos Aires en base a estudios del sector de la telefonía móvil. Durante los primeros ocho meses del año, los celulares que se venden, cada día en promedio, tras haber sido robados a sus dueños, son más de 11.000, muchos de los cuales se dieron en situaciones de extrema violencia. “Hay heridos y muertos todos los días por los robos de equipos celulares en el país”, dijo el abogado Javier Miglino, titular de Defendamos Buenos Aires.

El recorrido una vez que el o los delincuentes se hacen con uno o varios smartphones, continúa cuando se acercan a “cuevas” que compran los mismos a precios muy por debajo de su media. Allí, se detalló, como muchos son liberados (es decir que no necesitan tener el chip de una determinada compañía) y no cuentan con un sistema de seguridad para que se bloqueen en caso de hurto, lo único que tienen que hacer los nuevos propietarios es eliminar toda la información almacenada en el dispositivo y cambiar el chip.

Asimismo, indicaron que los celulares son puestos en los escaparates de los comercios e, incluso, terminan en internet, siempre con la característica infaltable de que el precio es muy llamativo. Por este motivo, el tiempo que duran en exhibición para ser comprados es prácticamente nulo, ya que son muchos los compradores que, sin tener el poder económico suficiente para acceder a un celular con aquellas características, hacen la compra en cuestión de pocas horas.

“Eso sí, los compradores conocen de dónde provienen estos celulares y poco les importa que hayan sido robados, ya que lo único que les interesa es su precio accesible”, dijo Miglino.

También apuntaron contra las compañías de telefonía celular, debido a que -según alegaron- no investigan lo suficiente para saber de dónde salió un celular cuando les compran un chip y le cargan crédito o adquieren un abono.

Cuáles son las zonas donde se roban más celulares

Según relató el abogado Miglino, los barrios porteños de Belgrano, Palermo, Núñez y Recoleta y las comunas de Lomas de Zamora, Quilmes, San Martín, Morón, San Isidro y San Justo y Ramos Mejía en el Conurbano son las zonas más calientes de este delito.

“El Conurbano bonaerense reporta como mayor problema la inseguridad, en especial para aquellos que toman colectivos y trenes por la madrugada en Quilmes, Lomas de Zamora, San Martín, San Isidro, Olivos y Vicente López”, señaló. “La recomendación para prevenir este delito es que la gente no use el teléfono celular en la calle. Los mensajes y las llamadas, pueden atenderse a resguardo en algún palier de edificio o dentro de un comercio. Lo mejor es tener presente que el teléfono celular debe usarse en un entorno seguro porque de otro modo, todo puede terminar de la peor manera”, expresó Miglino.

“En todos los casos la dinámica es la misma: estos delincuentes salen de cacería y lo hacen caminando por la vía pública, en colectivos, subtes y trenes o a bordo de motos. En Capital Federal y en el Conurbano. Siguen a una víctima y le roban o le roban porque si se resiste, en general van armados y todo termina mal”, destacó Miglino.