«En una escena que parece más propia de una película de terror que del mundo real, el Departamento de Defensa, a través de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), destinó 10.851.439 dólares de los contribuyentes en experimentos grotescos y extremadamente invasivos con gatos en la Universidad de Pittsburgh«, aseguró Paul.
De acuerdo con sus palabras, los científicos llegaron a «abrir el lomo de gatos machos para exponer sus médulas espinales y luego insertaron electrodos que dispararon descargas eléctricas mientras la incisión seguía abierta» con la finalidad de que los animales tuvieran una erección.
«Pero el horror no acaba ahí. A estos gatos se les aplicaban aún más descargas eléctricas, a veces durante 10 minutos seguidos, antes de cortarles la médula espinal para paralizarles la parte inferior del cuerpo. Y por si fuera poco, las descargas continuaban durante otros 10 minutos. Todo ello, en nombre de la ‘ciencia‘», denunció.
Asimismo, Paul aseguró que los investigadores también aplicaron «descargas incesantes» a los felinos para que defecaran bolitas (de vidrio) después de que se las fueran insertadas en el recto. «El dinero que tanto les ha costado ganar, casi 11 millones de dólares, se han gastado en experimentos que estarían más a gusto en una novela distópica que en el mundo real. Es un sombrío recordatorio de que, cuando no se controla, el gasto público puede derivar hacia ámbitos que desafían el sentido común«, señaló el senador.
Infección de gatos con covid-19 y posterior exterminio
Además, Paul explicó en su informe que, desde enero de 2022, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y el Departamento de Agricultura gastaron más de 2 millones de dólares para estudiar si los gatos pueden contraer y transmitir el covid-19.
«No solo se trata de un despilfarro de más de un millón de dólares de los contribuyentes, sino que [además] los experimentos han provocado el sufrimiento y la muerte de más de treinta gatos. La metodología del experimento requiere que los científicos infecten a gatos perfectamente sanos con covid-19, les observen sufrir la infección durante diferentes periodos de tiempo y luego los maten en grupos de cuatro», dice el documento.
El senador aseveró que «es un misterio por qué el Gobierno de EE.UU. sigue financiando este tipo de estudios bárbaros«, teniendo en cuenta que los conocimientos que proporcionan son « inútiles» para la sociedad o se pueden obtener «sin torturar a un animal».
Otro experimento salvaje: detección de mareo
Al mismo tiempo, otros 1,5 millones de dólares se destinaron a un experimento para poder tratar afecciones como el vértigo o comprender los efectos de los viajes espaciales en el cuerpo humano. «Estos gatitos, a menudo de entre cuatro y seis meses de edad, son entrenados primero para soportar largos periodos de inmovilización. Se les mantiene atados durante horas y semanas. ¿El objetivo? Obligarlos a someterse para que no se resistan a la tortura que les espera», explicó.
«Una vez suficientemente ‘adiestrados’, los gatitos son atados a una mesa hidráulica que los inclina y los hace girar en todas direcciones: de un lado a otro, de arriba abajo y 360 grados, a veces completando una rotación entera en solo cinco segundos, todo ello en un espantoso esfuerzo por inducirles un grave mareo«, reza el informe, agregando que en este experimento también se utilizan luces intermitentes.
Si el giro y las luces no hacían efecto, los investigadores inyectan sulfato de cobre directamente en el estómago de los animales para provocarles el vómito. Además, se les «seccionan o eliminan por completo partes del cerebro«, manteniéndolos con vida pero sin ninguna función cognitiva. «Seamos sinceros. ¿Justifica todo esto la crueldad a la que se somete a estos animales? Supongo que los estadounidenses dirían que no«, concluyó el senador.