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Alerta: un estudio privado advierte sobre el riesgo de colapso cambiario

Alerta: un estudio privado advierte sobre el riesgo de colapso cambiario

Mientras que el Gobierno espera por el crecimiento de la economía en 2025, un relevamiento privado plantea un escenario más complicado.

Los ingresos de dólares provenientes del blanqueo es fundamental para la caída en la cotización de la divisa.

Fuente: https://www.diariopopular.com.ar/

Desde el Gobierno nacional se aguarda que en 2025, a partir del proyecto de presupuesto, la economía repunte 5% luego de caer 3,8% este año, mientras que un reporte plantea otro escenario. De todos modos, informe privado de Celag Data señala que si se produce un crecimiento económico en los próximos dos años, hay riesgos de colapso cambiario, según recoge el portal Infobae.

De acuerdo a una simulación de la demanda de dólares en función del tipo de cambio real, la consultora Celag Data aseguró que el modelo económico de Javier Milei no es compatible con un escenario de crecimiento.

“Si la economía creciese al ritmo que prevé el presupuesto 2025, habría un colapso de divisas entre 2025 y 2026 dependiendo del escenario. Si la economía se mantuviera estancada en 2025 y 2026, el riesgo mejora, pero no lo suficiente para que no exista un colapso por insuficiencia de divisas en 2025 o 2026. Si nos preguntamos qué ritmo de crecimiento es compatible con la estabilidad, la respuesta es que ninguno”, señala el informe.

“A diferencia del ajuste fiscal, que se focaliza en los gastos e ingresos fiscales, la anemia económica tiene el propósito de debilitar sin discriminación a todas las actividades productivas”, afirman.

Ahora bien, tras la devaluación de diciembre, que según Celag, deprimió las importaciones lo suficiente como para generar divisas abundantes; y el ajuste al sector público, que permitiría generar el excedente fiscal para adquirir estas divisas, el estudio tomó el marco económico actual, caracterizado como una combinación de “apertura comercial con sesgo importador” y apreciación de la moneda respecto al dólar, y evaluó cuál sería el efecto de diferentes ritmos de crecimiento económico sobre las reservas internacionales disponibles en los próximos años.

Celag, por su parte, estimó los niveles de las reservas internacionales para 2025 y 2026, en base al efecto del crecimiento económico sobre las importaciones y los pagos netos de las rentas de la inversión.

Las cuatro estimaciones

Estimación 1: sostienen que si la economía creciera 5% en 2025, el nivel de las reservas internacionales brutas alcanzaría los USD 23.700 millones en el escenario más optimista y alrededor de U$s 10.400 en el más pesimista.

Estimación 2: el estudio plantea el interrogante si el modelo económico actual es compatible con el estancamiento, es decir, que el crecimiento del PBI en 2025 y en 2026 sea igual a 0.

Estimación 3: el informe plantea cuál sería el mayor ritmo de crecimiento posible que permitiría que al menos en uno de los dos escenarios las reservas internacionales al finalizar cada año se ubiquen por encima de los USs 26.000 millones.

Estimación 4: estiman que si la economía cayera 9% en 2025, las reservas internacionales podrían alcanzar los USD 40.000 millones en el escenario más optimista y los U$s 26.300 millones en el más pesimista.

 

 

El riesgo país está a punto de perforar los 1.100 puntos

El riesgo país está a punto de perforar los 1.100 puntos

El índice de la calificadora JP Morgan llegó al valor más bajo del actual Gobierno, mientras que subieron los títulos argentinos que operan en Wall Street.

El riesgo país está a punto de perforar los 1.100 puntos

Fuente: https://www.diariopopular.com.ar/

LOS BOLSILLOS DE LOS ARGENTINOS

HACE RATO ESTAN PERFORADOS

El buen clima financiero se extiende en el cierre de la semana en los mercados internacionales y con subas superiores al 2% en los títulos públicos, el riesgo país está a punto de perforar los 1.100 puntos. El índice de la calificadora JP Morgan se ubicaba en 1.108 puntos al mediodía de este viernes, el más bajo del Gobierno de Javier Milei, por la variación de los títulos en Wall Street.

El riesgo país viene mostrando una sostenida tendencia decreciente durante toda la semana y se encuentra en valores mínimos desde hace más de 4 años. La caída de este indicador es una buena noticia para el Gobierno porque lo acerca a la posibilidad de refinanciar vencimientos del año que viene.

Entre los fundamentos de esta tendencia se subraya la fortaleza que mostró el Gobierno para sostener el veto a la ley de financiamiento universitario y blindar el superávit fiscal. Cabe recordar que por el feriado de este viernes no hubo operaciones en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

En ese marco, las acciones argentinas avanzan en Nueva York hasta 3% de la mano de Mercado Libre, seguida por Pampa Energía con el 2,3% y Banco BBVA con el 1,8%. En lo que va de octubre algunos papeles acumulan suculentas ganancias: BBVA (+17,2%), YPF (+15,9%), y Grupo Financiero Galicia (+14,9%).

Para diversos analistas, el efecto Blanqueo tarde o temprano se terminará y eso le quitará el flujo que se están llevando los bonos y la baja del dólar. «El mercado empezó a ver que el Gobierno conseguirá dólares para llegar a octubre 2025, aun con cepo (ya sea eliminando el Blend o consiguiendo financiamiento)», explicaron.

Las provincias perderán US$ 5.000 millones con el Presupuesto 2025

La aprobación del proyecto de Ley de Presupuesto para el 2025 por parte del Congreso, tal como viene del Poder Ejecutivo, supone una caída de US$ 5.000 millones para las provincias.

Así lo destacó un informe realizado por la Fundación Encuentro sobre datos oficiales, que dio cuenta que esta pérdida de ingresos obedecería a la eliminación de tres asignaciones específicas que implican una resignación de recursos para las provincias de $ 6 billones.

Las asignaciones específicas que se buscan suprimir son las del 11% de IVA; los fondos y fideicomisos del impuesto a los combustibles, y el componente impositivo del Monotributo que se asigna a la Seguridad Social.

Tomando el tipo de cambio del Presupuesto a diciembre de 2025, esta quita equivaldría a unos US$ 5.000 millones, destacó el informe.

Solo para la provincia de Buenos Aires, esta quita representaría $ 1,2 billones, según el cálculo de la Fundación.

El presupuesto 2025 proyecta una recaudación total de $ 175 billones. Excluyendo los Derechos de Exportación e Importación, el Impuesto s/ Créditos y Débitos Bancarios. y demás tributos y tasas con asignaciones específicas (pero de menor cuantía), esta masa de recursos se distribuye según los parámetros de la Coparticipación Federal de Impuestos.

Este esquema establece que el 42,3% se transfiere de forma automática a la Nación y 54,7% al conjunto de provincias adheridas.

También en forma automática, se reparte la recaudación para el recupero del nivel relativo de las provincias: Buenos Aires 1,5%; y de poco más de 0,14% para cada una de las provincias de Chubut; Neuquén, y Santa Cruz,.

También se dispone de 1% al Ministerio del Interior para el Fondo de Aportes del Tesoro Nacional a las Provincias.

Las comisiones de Asuntos Constitucionales y Presupuesto y Hacienda, que presiden los libertarios Nicolás Mayoraz y José Luis Espert, debatirán de manera conjunta el martes la citación pedida por el bloque de Unión por la Patria, para que el ministro de Luis Caputo exponga sobre los lineamientos del Presupuesto 2025.

 

Advierten que los jubilados abandonan tratamientos porque ya no les dan remedios gratis

Advierten que los jubilados abandonan tratamientos porque ya no les dan remedios gratis

Es a raíz de las recientes medidas implementadas por el PAMI con respecto al acceso a los medicamentos para sus afiliados. Desde el Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (CEPROFAR) auguran una catástrofe sanitaria.

La mayoría de los remedios que los jubilados recibían gratis

Fuente: https://www.diariopopular.com.ar/

Las recientes medidas implementadas por el PAMI con respecto al acceso a los medicamentos para sus afiliados significarán en los hechos que los jubilados deberán pagar el 60% del valor de la mayor parte de las 2400 presentaciones bajadas de la canasta gratuita. Advierten una severa disminución de la dispensa de tratamientos.

Según la medida adoptada por la obra social de los jubilados, hay 44 principios activos que representan 2.400 medicamentos de distintas marcas y presentaciones (comprimidos, soluciones, productos para dermatología, etcétera) que pasaron de la gratuidad a descuentos del 40, 50, 60 y 80 por ciento. Según Rubén Sajem, director del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (CEPROFAR), la mayoría de esos remedios, es decir, 1.500 presentaciones, bajaron de 100% al 40% de bonificación.

“Es decir que el jubilado, de tenerlos gratuitos, ahora va a tener que pagar el 60%”, señaló. “¿Qué pasa cuando al jubilado le dice que tiene que pagar el 60%? Directamente no lo compra, porque no lo puede pagar. Hay tratamientos que son muy caros, como los antihipertensivos que salen $170.000 y el jubilado no puede pagar ni un 50%, ni un 60% y a veces ni siquiera el 20%”, advirtió el profesional.

Según datos de CEPROFAR, en la actualidad hay una importante caída en el consumo de medicamentos. Sobre 60 millones de medicamentos mensuales que se estaban vendiendo en 2023, este año se bajó a 50 millones de unidades.

“Es decir, hay 10 millones de unidades de medicamentos que la gente no está comprando, son tratamientos caídos, medicamentos que venía usando el año pasado y este año no los está comprando. De esos 10 millones de medicamentos caídos, gran parte le corresponde al PAMI”, analizó Sajem.

Adicionalmente, hay muchos medicamentos que pasaron de venta bajo receta a venta libre, por ejemplo, los protectores gástricos, algunos antivirales, productos de dermatología y esos productos dejan de tener cobertura. Esto significa que el jubilado los tiene que pagar de su bolsillo al 100%.

Según Sajem, otro problema que se está evidenciando es que el precio de los medicamentos para los jubilados, que era un precio preferencial más bajo en el convenio anterior de PAMI y se llamaba precio de venta al público (PVP), hoy está aumentando por encima de la inflación.

“Por un convenio firmado con la industria en marzo de este año, se obliga al PAMI a reconocer un 4% mensual de aumento a los medicamentos de PAMI por encima de la inflación. O sea, que los medicamentos de PAMI están aumentando un 4% por encima de la inflación”, consideró Sajem, que advirtió que “con las jubilaciones estancadas esos remedios se vuelven inaccesibles”.

Entre los medicamentos que han perdido gratuidad hay antiulcerosos, analgésicos (paracetamol), corticoides de uso tópico, muchos productos de dermofarmacia, antibióticos, anticonvulsivantes, antivirales.

Según trascendió, entre los medicamentos que está en estudio bajar la cobertura hay medicamentos esenciales y de uso habitual entre los jubilados: para la hipertensión arterial, enfermedades respiratorias, diuréticos, anticonvulsivantes, y antibióticos, antivirales, que son para necesidades agudas, es decir, que hay que comprarlos de inmediato.

Requisitos más gravosos

Hay otra modificación de las condiciones de acceso a los medicamentos que les impide a los jubilados acceder a los medicamentos gratuitos si no cumplen alguna de las condiciones contenidas en la Resolución 2431 del PAMI publicada este jueves. Estos requisitos son:

– Poseer ingresos netos menores a 1,5 haberes previsionales mínimos. En aquellas familias en las que haya un conviviente con Certificado Único de Discapacidad (CUD), los ingresos mensuales tienen que ser menores a tres haberes previsionales mínimos.

– No ser afiliado a un sistema de medicina prepaga concomitantemente con la afiliación al Instituto.

– No poseer más de un inmueble.

– No tener aeronaves o embarcaciones de lujo.

– No poseer un vehículo con menos de quince (15) años de antigüedad, es decir con fecha de compra hasta 2010, a excepción de los hogares que posean conviviente con Certificado Único de Discapacidad (CUD), quienes pueden ser titulares de hasta un vehículo con menos de quince (15) años de antigüedad.

– No ser titular de activos societarios que demuestren capacidad económica plena.

Al respecto Sajem consideró que “la prepaga a los jubilados muchas veces se los paga un familiar y obviamente les conviene la gratuidad del PAMI, porque una prepaga le hace un descuento mucho menor y tienen que afrontar un copago superior”.

“Y si el jubilado está jubilado, si aportó la jubilación, aunque tenga una prepaga que le pagan los familiares, no tendría por qué no acceder a ese beneficio”, agregó.

Además, Sajem consideró que tener un auto con menos de 15 años de antigüedad no puede ser un impedimento para acceder a los medicamentos para un jubilado que aportó toda su vida.

“Cobrar 1,5, más de la mínima significan 300.000 pesos. Un jubilado que cobra 300.000, 350.000 pesos, no se puede pagar los medicamentos. Está clarísimo, apenas puede vivir, comer y acceder a lo indispensable. Entonces, esta resolución, que es ahora el 22 de agosto, es recortar beneficios a los jubilados también”, completó.

 

La vacunación contra el dengue comenzará por los adultos jóvenes, el grupo de riesgo

La vacunación contra el dengue comenzará por los adultos jóvenes, el grupo de riesgo

La directora de Epidemiología del Ministerio de Desarrollo Humano, Claudia Rodríguez, describió a La Mañana cómo se desarrollará la campaña 2024 contra esta enfermedad, que debió adelantarse y arrancará a fines de septiembre y principios de octubre

La vacunación contra el dengue comenzará por los adultos jóvenes, el grupo  de riesgo - Diario La Mañana

Fuente: https_www.lamañanaonline.com.ar/
La Provincia prepara la campaña de lucha contra el dengue de este año, que se adelantará hasta tres meses e incluirá por primera vez la aplicación de la vacuna contra la enfermedad. En este sentido, la doctora Claudia Rodríguez, directora de Epidemiología del Ministerio de Desarrollo Humano, anticipó a La Mañana que se inoculará primero al grupo de mayor riesgo, compuesto por adultos jóvenes.

La médica destacó la importancia de un enfoque integral en la lucha contra el dengue, que involucra no sólo al sector salud sino también a la educación y otros actores sociales. Consultada sobre la reunión virtual con el Ministerio de Salud de la Nación, donde se presentó el plan de abordaje integral preventivo para este año, contó que Nación “presentó cómo se va a trabajar el tema del dengue y, en el caso de que aparezcan casos positivos, cómo abordar el tema«, explicó Rodríguez.

La vacunación es uno de los puntos clave de este plan. «No se sabe exactamente qué fecha, es probable que sea a fines de septiembre o segunda quincena«, indicó al respecto, añadiendo que se requerirán dos dosis con un intervalo de tres meses entre cada una.

 

Al ser consultada sobre quiénes serán los primeros en recibir la vacuna, respondió: «La idea es comenzar con el grupo más afectado en cuanto a cantidad de infectados o aquellos grupos que tuvieron más internación o más fallecidos». Esto significa que la vacunación no será masiva desde el inicio, sino que se priorizarán las localidades con mayor cantidad de casos.

Formosa se prepara

Al ser consultada sobre cómo se está preparando Formosa para enfrentar la enfermedad, Rodríguez explicó que el dengue, en el 90% de los casos se presenta como una primo infección que se autolimita. Sin embargo, el 10% restante puede evolucionar a complicaciones graves, especialmente en personas que se reinfectan con una variante diferente del virus.

«La vacuna lo que viene es a prevenir son las complicaciones en estas personas que están reinfectadas, pero también va a prevenir en aquellas personas que se infectan por primera vez», afirmó. Enfatizó que, aunque ese 90% de los casos son autolimitados, el riesgo de complicaciones aumenta significativamente con el número de infectados. «Si yo tengo 1.000 personas infectadas, el 10% son cien personas. Y podemos hablar de un 40% o 50% de mortalidad«, advirtió.

Además, Rodríguez subrayó que la vacuna no previene la infección, sino que se centra en evitar complicaciones graves. «Nunca nos debemos dejar o relajar con las medidas preventivas. Es lo mismo que pasaba con el COVID. De nada sirve que yo me coloque todas las vacunas, pero sigo teniendo al enemigo en mi casa. ¿Cuál es el enemigo? El mosquito», explicó.

 

Casos

En lo que va del año, la provincia suma un número “significativamente bajo” de casos de dengue, afirmó Rodríguez, agregando que el virus está circulando, pero sin una propagación alarmante. Sin embargo, llamó a no bajar la guardia, ya que la llegada de temperaturas más cálidas podría favorecer la reproducción del mosquito.

«Es crucial que los ciudadanos mantengan sus hogares libres de criaderos de mosquitos. Este mosquito es domiciliario y se reproduce en agua estancada, por lo que es fundamental eliminar cualquier recipiente que pueda acumular agua», advirtió la especialista.

Las brigadas sanitarias continúan realizando un trabajo preventivo en toda la provincia, llevando a cabo visitas casa por casa para educar a la población sobre las medidas de prevención. La médica destacó en este sentido que, a pesar de la baja en los casos, se mantiene una vigilancia intensificada ante cualquier consulta médica relacionada con fiebre.

Respecto a la circulación de serotipos del dengue, se ha confirmado la presencia de los tipos 1 y 2, siendo el serotipo 2 el que predomina en la mayoría de los casos. El año pasado, Formosa registró cinco fallecimientos por dengue, todos relacionados con el serotipo 2, aunque hasta la fecha no se han reportado muertes en 2024.

A medida que se aproxima la temporada de primavera-verano, la cartera sanitaria se prepara para intensificar las acciones preventivas, conscientes de que la situación puede cambiar. «Es probable que veamos un aumento en los casos, pero no esperamos un brote tan severo como el del año pasado», concluyó Rodríguez, instando a la población a colaborar en la prevención.

Ramiro Tosi: «El Gobierno tiene que resetear porque empieza a engendrar riesgos macroeconómicos»

Ramiro Tosi: «El Gobierno tiene que resetear porque empieza a engendrar riesgos macroeconómicos»

El exsubsecretario de Financiamiento planteó que “si el único objetivo es bajar la inflación, se incuban otras inconsistencias”. La falta de reservas, qué pasará con el dólar luego del cepo, el problema de pedirle más deuda al FMI y su balance del canje de 2020.

Ramiro Tosi, director de la consultora Suramericana Visión y exsubsecretario de Financiamiento.Fuente: https://www.ambito.com/

Ramiro Tosi considera que la etapa actual del programa económico está agotada y que el Gobierno tiene que “resetear” porque empiezan a engendrarse riesgos macroeconómicos. Si el Gobierno sigue enfocándose sólo en la inflación, incubará “inconsistencias macro” que pueden comprometer la propia desaceleración de precios conseguida hasta acá, plantea el economista. En una entrevista con Ámbito, el exsubsecretario de Financiamiento de Martín Guzmán sostiene que el equipo económico ahora “se aferra más al cepo” porque construyó una montaña de vencimientos en pesos de corto plazo tras el desarme de los pasivos remunerados del Banco Central y por la falta de reservas.

El actual director de la consultora Suramericana Visión, que fundó junto a Guzmán, analiza la hoja de ruta del plan de Luis Caputo. Dice que lo más probable es que, luego del cepo, el dólar se unifique a un valor igual o superior al que hoy tienen los financieros y no al revés, como quiere el Gobierno. Además, destaca los problemas que, a su juicio, traería sumar nuevo endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y hace un balance de la reestructuración de 2020, realizada durante su gestión.

Periodista: ¿En qué momento del programa económico estamos?

Ramiro Tosi: Lo primero que hizo el Gobierno fue tratar de imponer ciertas condiciones de estabilidad en una economía que arrastraba una tasa de inflación muy alta y una situación de reservas del Banco Central muy crítica. Trató de que esa situación no empeorara a través de herramientas convencionales y otras no tanto. Las más convencional fue hacer una política fiscal ultra contractiva, que remitió buena parte de la expansión fiscal del último trimestre (de 2023) que había lanzado el anterior candidato a presidente. Y del lado de la política monetaria, hizo un apretón monetario bastante rápido, que planteó que el Tesoro no se financie más con el BCRA; y, al mismo tiempo, hizo algo que nosotros habíamos discutido también en la gestión, que es una política bastante agresiva -diría yo demasiado agresiva en mayo pero que al principio era razonable- de baja en la tasa de interés de los pasivos remunerados. Con esa configuración inicial, logró los resultados que estaba buscando y ahora lo que se advierte es que esa primera fase de estabilidad llega a su límite. Empiezan a aparecer otros desafíos y otros problemas, que obligan a que el Gobierno tenga que resetear qué es lo que va a hacer hacia adelante; el famoso siga-siga del fútbol ahora empieza a engendrar otro tipo de riesgos macroeconómicos.

P.: El Gobierno dice, ante esa situación, que el esquema no se toca. ¿Es sostenible?

R.T.: Esa es una gran tentación. Lo que uno ve es que hay algunas cosas que al Gobierno le va a costar que no se toquen. Una tiene que ver con el compromiso muy fuerte con el superávit fiscal. Buena parte de la contracción fiscal que el Gobierno tenía pensada ya prácticamente la consumió en estos primeros siete meses del año. Si uno mira los números, hay un superávit primario del 1,4% del producto, cuando dijo que se comprometía en la última revisión con el fondo al 1,7%, o sea, queda seguir con esa disciplina fiscal, pero con una intensidad mucho menor de lo que fue al principio. Obviamente que eso también tiene riesgos residuales. Ahora tenemos la discusión sobre la mejora a los que en definitiva pagaron buena parte de ese ajuste fiscal, que fueron los jubilados; el ajuste en las tarifas fue mucho más agresivo que el de (Mauricio) Macri, pero todavía deja un largo camino por recorrer; y la otra condición para poder mantener esa holgura fiscal es que la economía tiene que dejar de caer y empezar a crecer.

Por el lado de la política cambiaria, haber anclado el tipo de cambio con esta devaluación programada del 2% ya también empieza a mostrar límites como para poder sostenerlo por mucho tiempo. Y lo mismo con lo que sería una eventual flexibilización en etapas del cepo cambiario. Porque buena parte de la estabilidad de la brecha se logró haciendo una intervención indirecta a través del dólar «blend», que el Gobierno se había comprometido en la última revisión del FMI a que ese era un régimen transitorio que se iba a agotar en principio en junio. Pero es claro que ese no puede ser un régimen permanente para organizar el mercado de cambios.

P.: Hay un debate entre analistas de la City sobre qué pasará con el dólar oficial, más allá de la posición del Gobierno. Muchos consultores y bancos proyectan un salto importante antes de fin de año; algunos, como Ricardo Arriazu, dicen que devaluar haría volar el programa por los aires. ¿Cómo lo ve usted?

R.T.: Hace un par de meses, antes de la famosa conferencia de prensa de Caputo, si uno miraba a fin de este año, el mercado de futuros anticipaba que el Gobierno no podía llegar a fin de año manteniendo este 2% -el dólar a diciembre estaba más o menos en $2.300- pero de a poco el mercado se fue convenciendo de esta voluntad del Gobierno de seguir aferrado a este 2% mensual y, al día de hoy, ese mismo dólar está más cerca de $1.090. El tipo de cambio depende de muchas variables monetarias, de la economía real y también de expectativas. Es un instrumento que a veces puede quedar un poco más desequilibrado respecto a lo que uno considera un precio razonable, pero obviamente que eso después lleva a acumular otro tipo de problemas o tomar otro tipo de riesgos. El Gobierno está en una tensión. Quiere aferrarse a la idea de una baja permanente en la tasa de inflación, pero llega cierto nivel donde hay que hacer algo más. Es como si tuvieran en un Excel que el dato del mes que viene tiene que ser más bajo que el que pasó, pero en las experiencias de otros planes de estabilización uno ve que ese es un camino con altibajos. Si el único objetivo de la política es bajar la inflación, se incuban al mismo tiempo otro tipo de inconsistencias macro que, cuando las quieran resolver, el problema acumulado puede ser muy grande y puede comprometer toda esa ganancia lograda de reducir la inflación en poco tiempo.

P.: Hay algunas voces que señalan que la concentración de vencimientos de deuda del Tesoro tanto en pesos (después del pasamanos con el BCRA) como en dólares (con un riesgo país todavía alto) vuelven el programa muy dependiente del cepo. ¿Cómo lo analiza?

R.T.: Nosotros creíamos que una de las herramientas para bajar el stock de pasivos remunerados era bajar la tasa de interés del instrumento -no sé si con una tasa tan negativa, pero era el camino- y después hacer un gradual pasaje de los títulos del BCRA al Tesoro, pero imaginando un mecanismo donde se iban migrando esos pasivos hacia un horizonte de dos a cinco años de plazo, dando algún tipo de incentivo para que los bancos se vayan lo más largo posible. El Gobierno eligió otro camino, que es transformar un pasivo de 28 días a un instrumento a un año con capitalización de intereses (las LEFI), donde parece que no pagan nada pero eso se va acumulando y en algún momento llega el pago.

Y lo mismo con la política de financiamiento del Tesoro, que mayormente concentra las colocaciones en el corto plazo. Entonces, por un lado, es exitoso en obtener financiamiento y tiene un colchón de pesos bastante importante -de $17 billones a tasa cero-. Pero, por otro lado, juntar pesos de corto plazo tiene el riesgo de que, si cambian las condiciones financieras o el contexto, te puede dejar expuesto a un poco de inestabilidad financiera. Y ahí está la disyuntiva que tiene el Gobierno. Porque buena parte del trabajo inicial que fue hacer la famosa licuación de esos pasivos en términos de la tasa de inflación ya no la puede hacer. Y ahora se aferra un poco más al cepo porque, como construyó toda esa montaña de pesos de muy corto plazo, eso es un riesgo latente de que, si no se hace una salida ordenada del cepo, puede disparar algún tipo de inestabilidad tanto en el dólar oficial como en el financiero. Y lo más probable es que, luego del cepo, el dólar vaya a buscar un valor igual o incluso superior al que actualmente tienen los financieros y no al revés, como pretende el Gobierno.

P.: En esa apuesta, ¿las reservas son un talón de Aquiles?

R.T.: Sí. Porque buena parte del “riesgo Tesoro” hoy es manejable. O sea, habría problemas si, por alguna razón, los depositantes fueran a buscar sus depósitos -es decir, si hubiera una corrida bancaria-, y entonces los bancos, como tienen muchos títulos del Tesoro, tuvieran que salir a venderlos o no renovarlos. Ese no parece ser el escenario. Es decir, buena parte de ese exceso de pesos, al moverlo del Central al Tesoro, es un riesgo pero en un entorno relativamente manejable. Entonces, el riesgo viene más por el lado de las reservas. La otra demanda que no vemos son, por ejemplo, los $8 billones o $10 billones que están en cuentas remuneradas -que en parte es capital de trabajo de empresas, en parte pesos que no tienen otro lugar adónde ir y algo del público en general- y que, según cuál sea el valor de equilibrio del tipo cambio, pueden decidir o no dolarizarse sin ya tener restricciones. Para poder afrontar esa volatilidad inicial, deberían contar con cierto colchón como para poder eventualmente afrontar un sofocón en el frente cambiario.

P.: ¿Por qué dejó de bajar el riesgo país?

R.T.: Probablemente, los mercados quieran ver que el acompañamiento que el Presidente parece tener en las encuestas se ratifique en las próximas elecciones. Al mercado le gusta el programa, pero ahora quiere esperar a que realmente ese programa se convierta en algo de carácter más permanente. Y, dada la posición de reservas, empieza a hacer las cuentas más finitas para ver si los pagos, sobre todo de los cupones de 2025, están o no asegurados. En tanto y en cuanto no se haya despejado ese factor de incertidumbre, se sigue poniendo en el precio de mercado del instrumento y, por lo tanto, en el nivel del nivel del riesgo país.

P.: Y respecto de esos pagos abultados de 2025 o de los años siguientes, ¿imagina un escenario en el que se concrete un regreso a los mercados para refinanciarlos o cree que se debería ir a nueva reestructuración que descomprima un poco el programa financiero?

R.T.: Hay varias salidas. Por un lado, cuando ya agotaste todas las instancias previas, porque no tenés capacidad fiscal y no tenés acceso a mercado, ahí tenés que ir a una reestructuración de toda la deuda -no solamente los vencimientos de ese año-. Después, hay operaciones de manejo de pasivos donde se trata de ofrecerles a los títulos de más corto plazo, que son los que ponen más presión en los vencimientos, algún tipo de tratamiento especial para que se corran más adelante, pero eso te exige tener acceso al mercado voluntario de deuda. Eso, obviamente, va a depender de que el Gobierno pueda seguir teniendo anclaje fiscal y de que el riesgo país esté en niveles mucho más razonables, por abajo de los 1.000 puntos básicos por lo menos. Creo que el Gobierno apostará a cerrar 2024 con cierta consistencia en lo macro, es decir, sin una devaluación abrupta y con un nivel de reservas que le permita llegar sin grandes sobresaltos, y ahí negociar algún programa con el FMI que pueda implicar o no nuevos fondos para, eventualmente, a partir de eso ensayar alguno de estos tipos de ejercicios. Pero no me imagino que se pueda ejecutar nada hasta el segundo semestre de 2025.

P.: Se discute bastante el efecto de la reestructuración de 2020, que dio un respiro de varios años en materia de vencimientos pero que no permitió por ahora reabrir los mercados para refinanciar los pagos venideros. ¿Qué balance hace, transcurridos cuatro años?

R.T.: Argentina, después de estar ausente seis o siete años de los mercados internacionales por los litigios provenientes de la reestructuración de 2005 y 2010, en 2016 y 2017 se hizo un proceso de endeudamiento muy acelerado. Cuando se cortó el refinanciamiento de esa deuda -a la que se sumaron los u$s47.000 millones del FMI-, claramente se volvió insostenible. Después, en el diseño de la propuesta de reestructuración, lo que los inversores terminan ponderando para ellos es la famosa quita de valor presente. O sea, cuál es el título que tengo, cuál es el título que recibo y cuál es el umbral de satisfacción o no que da esa propuesta. Y para ejecutar esa operación, normalmente se usa una combinación de alargamiento de plazos, de quita en el valor nominal de los títulos que entran al canje y de baja del cupón de intereses.

En 2005, hubo una quita de capital de casi dos tercios con un ligero aumento de la tasa de cupón, solamente que como iba subiendo en el tiempo al principio se pagaba poco y después se iba a capitalizando los intereses. En esta reestructuración se eligió otro camino: obtener el alivio postergando vencimientos -como en todas las reestructuraciones- pero fundamentalmente bajando el cupón de intereses promedio de la deuda -del 7% al 3%-, sin incurrir en una quita. Eso a algunos inversores, que lo único que buscan es cobrar los cupones mientras tienen el título en cartera, los dejó poco contentos porque los dejó con un flujo de renta bajo. Evalúan su situación personal y no la sostenibilidad de toda la deuda en términos generales. Ahí hay un conflicto entre lo que pondera el soberano respecto de lo que valora el inversor.

Después, lo que pasó es que tuvimos un shock -no anticipado cuando se iniciaron las negociaciones- que dejó a la economía en una situación muy vulnerable, que fue la pandemia. Eso llevó en todos los países a hacer una política fiscal muy expansiva, con aumento de la deuda. Argentina no tenía acceso a la deuda, recién estaba reestructurándola, entonces tuvo que recurrir lamentablemente a tomar asistencia monetaria del BCRA. Eso en el escenario de la reestructuración no estaba ni en las cuentas de los inversores ni en las proyecciones que se hicieron para diseñarla. El análisis que se hace ex post me parece que es injusto porque no tiene en cuenta esas circunstancias extraordinarias. Pero gracias a esa reestructuración hubo más tiempo para solucionar esos problemas que si hubiéramos hecho una reestructuración más tradicional. La reestructuración de deuda era acorde con el objetivo de recuperar capacidad de crecimiento, capacidad fiscal y, así, eventualmente volver a acceder al mercado e ir pagando esos cupones, que no eran desafiantes al inicio, sino que después iban a ir subiendo en el tiempo.

P.: Luis Caputo quiere cerrar, en algún momento, un acuerdo con el FMI que incluya fondos frescos para apuntalar el plan. ¿Es probable que ocurra? ¿Es deseable?

R.T.: El del Fondo al día de hoy es un endeudamiento que muchos países voluntariamente no decidirían tomar. Porque, por ejemplo, Argentina le está pagando al Fondo una tasa de interés del 8%, que en condiciones más normales podría pensarse como una tasa de interés de acceso a mercado. Si uno mira un promedio bastante largo de Argentina, en épocas que tuvo acceso al mercado de deuda, el riesgo país estaba en esos valores de entre 450 y 500 puntos básicos. Entonces, hoy ampliar el financiamiento con el FMI tiene problemas financieros porque dejó de ser una fuente de financiación barata por la cuestión de los sobrecargos, en la que Martín (Guzmán) tanto esfuerzo puso para poner en debate; y, por otro lado, porque siempre quedás vinculado al Fondo para la definición de metas, las revisiones, que son maneras de condicionar la política económica. Que haya posibilidades depende de lo que pase en noviembre con las elecciones en Estados Unidos, que es el principal accionista y el que tiene más influencia en las decisiones del organismo. A mí me parece que no es un camino que se debería seguir. Es un endeudamiento caro, que se empieza a pagar relativamente rápido y que tiene prioridad de pago.