Insólito robo en Palermo: rompió una vidriera y se llevó una bicicleta fija a plena luz del día
El objeto, según la dueña del local, está valuado en aproximadamente 8.500 dólares. El hombre se la llevó tras forzar una puerta de vidrio.
Fuente: https://www.canal26.com/
Un insólito robo ocurrió a plena luz del día y quedó registrado por las cámaras de seguridad del negocio. Un delincuente se robó una bicicleta fija de un gimnasio en el barrio porteño de Palermo tras romper las puertas que eran de vidrio.
En el video se puede ver que eran casi las 14 h cuando el hombre comienza a empujar con fuerza la puerta de vidrio del local, que ya estaba cerrado. Después de varios intentos, logró estallar una de las puertas.
Al observar que muchos vecinos caminaban por el lugar, el ladrón actuó como si nada estaría pasando y empezó a rondar por la vereda del gimnasio para ver los movimientos.
Cómo llevó a cabo el robo
Finalmente, cuando ya no había peatones por la zona, el hombre volvió al gimnasio, entró y comenzó a revisar los cajones de los escritorios. Al ver que no había nada interesante decidió robarse una bicicleta fija que estaba al fondo del local y que tiene un valor de cerca de 8.500 dólares.
“Aproximadamente a las 14 del sábado, apareció en la entrada de nuestro local un hombre bien vestido. Durante un corto período de tiempo, merodeó por la zona tratándose de asegurar que no había nadie. Tocó el timbre en dos oportunidades y, cuando se cercioró de estar solo, intentó forzar el ingreso. Como no pudo, le dio golpes hasta hacer estallar una de las puertas de vidrio”, contó la encargada del gimnasio en diálogo con TN.
“Probablemente tenía la intención de sustraer cosas más chicas como dinero, celulares o computadores. Y en cuestión de dos minutos, tras revisar los escritorios, llegó a la conclusión de que no había ningún objeto de valor. Es por eso que, finalmente, opta entonces por agarrar una bicicleta fija, que no solo era la más vistosa, sino también la más cara”, detalló.
En el video también se observa el momento en el que huye e intenta cruzar la calle con la bicicleta colgada, todos estos movimientos bajo la mirada de una persona que pasó por la vereda y no reaccionó al insólito robo.