Claudia Escobar, la mamá de Antonella Acuña, de 22 años, habló y contó cómo fueron las horas hasta que se enteró del brutal crimen. El acusado es policía pero estaba con carpeta psiquiátrica. Está detenido y se negó a declarar.

Fuente: https://www.cronica.com.ar/
El 2 de abril Claudia Escobar fue a hacer la denuncia por la desaparición de su hija, Antonella Acuña, de 22 años, y no imaginó que en la comisaría iba a estar frente a frente con su presunto asesino, un oficial de la Policía que luego fue detenido acusado de estrangularla y arrojarla encadenada al interior de una pileta con agua podrida. “Lo único que pido es Justicia por mi hija”, sostuvo la mamá de la víctima en diálogo con cronica.com.ar.
“Nunca me imaginé que iba a encontrar a mi hija de esta manera”, señaló. El acusado pertenecía a la fuerza policial pero estaba con carpeta psiquiátrica. Según arrojó la autopsia, Antonella murió estrangulada.
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En diálogo con este medio, la mamá de Antonella contó que mantuvo comunicación por última vez con su hija el martes 1 de abril. “Me mandó un video, entre las 17:30 y 18:20, hablamos, luego a las 20.21 habló con una amiga. A lo largo de toda esa tarde, se comunicó con mucha gente”, señaló Claudia.
En tanto, las alertas sobre la desaparición de Antonella se encendieron el miércoles 2 de abril, que fue feriado. Ella había quedado en encontrarse con Florencia, una amiga, sin embargo, no se reportó. Además, no le llegaban los mensajes. Ante las insistentes llamadas, saltaba el contestador. No atendía en ninguno de los dos celulares que tenía.
Ese martes 1 de abril por la noche, Antonella se iba a encontrar con un joven. A las 20.21 ella le avisó a su amiga, que había llegado al domicilio. Además, le envió la ubicación y el número de teléfono del hombre con el que se había encontrado.
“No sé si presintió algo, nunca lo voy a saber, pero ella algo debe haber sentido, porque por algo pasó todos sus datos”, remarcó. Horas después, su amiga le mandó mensajes y le siguió enviando a lo largo de toda la noche, pero ya no le llegaban.
Por este motivo, Florencia se puso en contacto con Claudia para ir a hacer la denuncia, sin embargo, no se la quisieron tomar porque no era familiar directo. En esa circunstancia, la madre de Antonella fue a la comisaría de Mariano Acosta e hizo el reclamo por averiguación de paradero ese miércoles 2 de abril.
En tanto, mientras Claudia daba su declaración frente al comisario, se presentó un hombre en la seccional. “Me dicen que me quería decir lo que había pasado con mi hija porque él era la última persona que la había visto con vida”, recordó.
“Me dijo que ellos se habían encontrado en la calle, que como mi hija le cobraba 90 mil pesos y él tenía 30 mil, no llegaron a un acuerdo, y ella se subió a una moto blanca y se fue”, precisó Claudia de acuerdo a la versión que le dio el hombre, que a las horas terminó detenido, como principal sospechoso del crimen. Hasta ese entonces, Claudia desconocía que su hija era trabajadora sexual.
“Nunca me imaginé que tenía al asesino de mi hija en frente”, agregó Claudia. Después, advirtió que el hombre tenía la cara rasguñada, pero en ese entonces no le llamó la atención y creyó la versión que le había dado. Confió en que su hija pronto iba a aparecer.
A los pocos minutos comenzaron movimientos en la comisaría como la llegada de personal de la Policía Científica y de la DDI de Morón. Además, se libró una orden de allanamiento en la casa del sospechoso.
“De repente lo sacan esposado de la oficina del comisario, pero nadie me decía nada”, aseveró Claudia. Ante la falta de respuestas en ese momento, junto a su marido decidieron irse de la comisaría y siguieron a los patrulleros que se dirigían a la casa del sospechoso. Al llegar al lugar, no los dejaban pasar.
A la vivienda entraban y salían agentes de distintas fuerzas. Su marido iba y venía del auto hasta la puerta de la casa para tratar de conseguir información. Hasta que en un momento, le dio la noticia que no quería escuchar. “Encontraron a Anto”, remarcó Claudia, que le dijo su esposo.
«No recuerdo cómo, pero me zafé de mi marido que intentaba retenerme y me fui corriendo hasta la casa del asesino. Quería ver a mi hija, quería saber que le había hecho, pero no me dejaban pasar porque estaba muerta, encadenada y tirada en una pileta con agua podrida”, indicó.
“Ella no se merecía esto, era una hermosa persona, ayudaba a todos sin medir”, agregó.
La autopsia arrojó que Antonella murió por estrangulamiento. La muerte fue el 1 de abril alrededor de las 22 horas.
“El fiscal me dijo que iba a haber un juicio oral y público, pero no sé cuánto va a demorar. Quiero justicia. Lo único que me quedó de mi hija es mi nieta de dos años que es lo más preciado, por ella quiero justicia y por todos los que amamos a Anto”, concluyó Claudia.