La ola de violencia sin precedentes que atraviesa este país asiático, enclavado en el Himalaya, es producto del estallido por la disconformidad de sus ciudadanos contra la elite política local, la corrupción y el nepotismo que se denuncia.
Miles de manifestantes salieron a las calles a protestar contra la corrupción local, afirmando que su país “expulsa” a los jóvenes frente a la falta de oportunidades que ofrece (más del 40% de los nepaleses forman parte de la denominada Generación Z, los nacidos entre 1995 y 2010), además de la pobreza que padecen, y en contrapartida con los lujos de las clases políticas.
Las protestas derivaron en ataques hacia políticos y sus residencias, además de que los manifestantes prendieron fuego la sede gubernamental del país y medios de comunicación, lo que hizo forzar la dimisión del primer ministro, KP Sharma Oli.
La capital nepalí, Katmandú, se vio en las últimas horas envuelta en fuego y revueltas, con multitudes en las calles y muchas veces reprimidas por las fuerzas policiales que no dudaron en utilizar todo su arsenal para contrarrestar los embistes civiles.
Como consecuencia de ello, al menos 25 personas perdieron la vida. Además, en esta jornada de martes, la esposa del ex primer ministro Jhalanath Khanal, Rajyalaxmi Chitrakar, murió tras quedar atrapada dentro de su vivienda mientras era incendiada por los manifestantes.
Varios ministros de la actual dirigencia y ex ministros debieron ser evacuados en helicópteros por la severidad de los ataques de los manifestantes que asaltaron sus viviendas.
Este martes también estuvo marcado por el asalto del complejo de Singha Durbar, la sede oficial del gobierno de Nepal, donde varias personas ondearon la famosa bandera de picos nepalí desde su tejado y prendieron fuego el Parlamento, la Oficina de la Presidencia y el Tribunal Supremo.
En medio del caos, varias cárceles fueron tomadas y huyeron unos 900 presos, según el medio local Onlinekhabar. A todo este desastre se sumó el incendio que generaron manifestantes en el nuevo aeropuerto internacional del municipio de Bhairahawa. Como consecuencia de ello, las autoridades ordenaron el cierre de todos los aeropuertos del país.
Hasta el momento, el caos impera en el país ubicado al norte de la India, donde sus representantes políticos están en riesgo de ser expulsados y también peligra la democracia. Cabe recordar que en Nepal se abolieron los reyes en mayo de 2008, cuando la Asamblea Constituyente nepalí declaró formalmente a Nepal como una república federal, lo que puso a 240 años de monarquía.
Este país al sur de China principalmente hinduista y también con una profunda tradición budista (una de sus localidades, Lumbini, fue el lugar de nacimiento de Siddharta Gautama, más conocido como Buda), atraviesa por estas horas uno de los momentos más violentos y oscuros de su historia.