Trump se reunió con Zelenski y puso freno a la entrega de misiles Tomahawk

Trump se reunió con Zelenski y puso freno a la entrega de misiles Tomahawk

Trump evitó comprometerse con el envío de misiles de largo alcance a Kiev y dijo que “preferiría que no los necesitaran”.

Donald Trump y Volodomir Zelenski dialogaron sobre el conflicto de Ucrania con Rusia

Fuente: https://www.diariopopular.com.ar/

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió poner paños fríos sobre la posibilidad de entregar los misiles Tomahawk a Ucrania, un pedido que el gobierno de Volodímir Zelenski considera clave para reforzar su capacidad de ataque frente a Rusia.

“Preferiríamos que no los necesitaran”, dijo Trump tras reunirse con el mandatario ucraniano en la Casa Blanca, en un encuentro que duró poco más de dos horas y dejó más dudas que definiciones

La reunión se desarrolló apenas 24 horas después de que Trump mantuviera una extensa conversación telefónica con Vladimir Putin, en la que ambos acordaron verse “en un par de semanas” en Budapest. Según fuentes cercanas a la Casa Blanca, esa charla influyó directamente en el endurecimiento de la postura estadounidense respecto del envío de armamento de largo alcance a Kiev.

“Los Tomahawk son algo muy importante. Pero nosotros también los necesitamos para proteger nuestro país”, explicó Trump, quien desde hace semanas busca mostrarse como un mediador dispuesto a impulsar un alto el fuego en Ucrania.

En su cuenta de Truth, su red social, el presidente norteamericano definió la cita con Zelenski como “muy interesante y cordial”, aunque evitó mencionar el tema de los misiles. En cambio, llamó a ambas partes a frenar la escalada bélica: “Ambos deberían parar donde están. ¡Que cada uno declare victoria, y que la Historia decida!”, escribió.

El gesto fue interpretado como una señal de cautela -o incluso de distanciamiento- frente al gobierno ucraniano, que esperaba lograr compromisos más concretos.

Zelenski: «Debemos detenernos»

Zelenski, por su parte, optó por mantener un tono conciliador. En una conferencia de prensa frente a la Casa Blanca, calificó la reunión como “productiva”, pero eludió responder preguntas sobre los misiles Tomahawk. “El presidente tiene razón. Debemos detenernos donde estamos”, dijo, alineándose parcialmente con el mensaje de su par estadounidense.

Según explicó el líder ucraniano, los Tomahawk -capaces de alcanzar objetivos a más de 2.500 kilómetros- serían vitales para atacar infraestructura militar y energética dentro del territorio ruso. En contraste, los misiles Storm Shadow de fabricación británica, que Kiev utiliza actualmente, solo tienen un alcance de unos 250 kilómetros. “Creo que Rusia tiene miedo de los Tomahawk. Mucho miedo”, añadió Zelenski, aunque admitió que Washington “no quiere un aumento de tensiones”.

El amague de Trump

A principios de la semana, Trump parecía inclinado a aprobar el envío de los misiles, lo que hubiera representado un apoyo político y militar significativo a Ucrania. Pero tras la comunicación con Putin, cambió de tono. El Kremlin advirtió que esa entrega supondría “una nueva fase de la escalada” y afectaría incluso las relaciones bilaterales con Estados Unidos.

La nueva estrategia de la Casa Blanca apunta a reforzar el rol de mediador que Trump busca consolidar desde el alto el fuego alcanzado entre Israel y Hamas, acuerdo que él mismo se atribuyó haber impulsado. “Queremos aprovechar ese impulso para lograr también un acuerdo entre Ucrania y Rusia”, sostuvo el mandatario antes de recibir a Zelenski.

La esperada cumbre en Budapest entre Trump y Putin podría marcar el rumbo del conflicto en los próximos meses. Será su segunda reunión cara a cara, luego de la celebrada en Alaska en agosto. El estadounidense afirmó que el encuentro ocurrirá “en un par de semanas”, aunque Moscú pidió cautela y no confirmó fechas. “Aún hay muchos detalles por resolver”, explicó el portavoz del Kremlin.

Consultado sobre la elección de Hungría como sede, Trump respondió con su habitual estilo: “Porque tiene un líder que nos gusta: Viktor Orbán. A Putin le gusta, a mí me gusta. Es un país seguro y que ha hecho un buen trabajo”.

En un clima más distendido que el de su primer encuentro con Zelenski, el mandatario estadounidense incluso bromeó sobre el traje del ucraniano -“muy elegante”, dijo-, marcando un contraste con la tensa cita de febrero pasado, cuando lo había criticado públicamente por presentarse con ropa militar.

Una postura más dialoguista

El giro de Trump hacia una postura más dialoguista responde, según analistas, a la presión de los aliados europeos y al creciente escepticismo sobre la capacidad militar rusa. El presidente, que meses atrás consideraba inevitable una victoria de Moscú por su superioridad en recursos, se muestra ahora frustrado por la falta de avances del Kremlin y por los problemas económicos que atraviesa Rusia.

Aun así, la Casa Blanca no avanzó con sanciones severas contra Moscú. En cambio, aplicó aranceles del 25% a la India por comprar energía rusa, aunque evitó medidas similares contra China, el principal socio comercial del Kremlin.

La jornada concluyó sin anuncios concretos. Tras la reunión, Trump abandonó la Casa Blanca rumbo a Florida sin responder preguntas de los periodistas. Zelenski, por su parte, insistió en que las negociaciones “continuarán” y que sigue confiando en que Estados Unidos jugará un papel clave en la búsqueda de la paz.